lunes, 17 de septiembre de 2007


Ya estamos en casa, aun limpiando, no me imaginaba que tardaríamos tanto, pero ya podemos ir pensando en celebrar una cena con el eslogan ¡trae tu propia silla a un cuarto sin ascensor! La de alguno ya la tenemos de la otra vez tenemos ganitas de veros chicos.


martes, 11 de septiembre de 2007

Si lo estais deseando, tontorrones

Las nuevas generaciones vienen pisando fuerte.

Arkhan el rosa, deja de ensayar en casa¡¡¡

jueves, 6 de septiembre de 2007

Nuevo curso

A puertas de empezar el nuevo curso escolar descubro en la prensa que los aditivos de los refescos como la Fanta y otros, producen hiperactividad en los niños mayores de tres años. Pero que pasa en los adultos... ¿somos adictos al limón, la cola, al té frío...? ¿Hay algún componente en las bebidas o en la comida que nos enganche por conllevar hiperactividad en nuestras vidas? No lo sé.
Nos podemos fiar de la marca Hacendado, Sweppes, Coca Cola... ?
Es preocupante ver la cantidad de elementos extraños, aditivos, que ponen en los alimentos pensando que son seguros o que solo en grandes cantidades son peligrosos, lo vemos como una cosa normal. ¿Que sería del hombre sin ese aditivo que nos mejora la vida y el posible transtorno fisiológico? Todo es negocio.
Ahora entiendo las largas noches de insomnio tras una Fanta de Naranja, o Sprite que tambien me gusta, por no beber cafeina, esa heredera de la Mirinda y Gaseosa La Niña, que despertó lucidas ideas en mi trasnochado cerebro.

Los aditivos alimentarios agravan la hiperactividad infantil

Presentes en refrescos y dulces, los niños que los consumen muestran un comportamiento bullicioso y desordenado
EFE - Londres - 06/09/2007

Los colorantes y aditivos artificiales utilizados habitualmente en productos alimenticios infantiles exacerban la hiperactividad en los niños, incluso en aquellos que no sufren ese trastorno, según un artículo publicado hoy en la revista médica The Lancet.

Un grupo de científicos de la Universidad de Southampton (sur de Inglaterra) estudiaron los efectos de los aditivos en las alteraciones del comportamiento infantil en un grupo de casi 300 niños, 153 de ellos de 3 años y otros 144 de 8 y 9. A los niños se les dieron en unos casos dos mezclas de bebidas distintas que incluían diferentes aditivos y en otros, un placebo.

Entre esas sustancias figuraban el conservante benzoato de sodio (E211), utilizado en refrescos como Pepsi Max, Fanta o Sprite, y los colorantes artificiales E110, E102, E122, E124, E129 y E104, presentes en muchos caramelos y dulces consumidos diariamente por los niños británicos. Por ejemplo, el E110 se utiliza en los aperitivos de maíz Doritos y el E122 en la Fanta.

No se trata de la primera investigación que establece vínculos entre los aditivos y la hiperactividad en los menores, pero su importancia estriba en que en esta ocasión se ha estudiado a niños de más de tres años y no todos con ese trastorno de conducta. Los expertos detectaron indicios de hiperactividad en los niños que habían consumido las bebidas que incluían aditivos, como un comportamiento bullicioso, pérdida de concentración, incapacidad para jugar con un solo juguete o completar una tarea y mayor locuacidad.

La mezcla A, que incluía mayores niveles de aditivos, causó "significativos efectos adversos" en todos los niños de tres años, quienes, sin embargo, reaccionaron de forma más variable a la mezcla B, que contenía la media diaria de aditivos que consumen los niños británicos. Los niños del grupo de mayor edad mostraron un significativo efecto adverso cuando tomaban una u otra combinación.

Advertencia a los padres

La Agencia de Control Alimentario británica (FSA) ha rechazado los llamamientos a la prohibición de esos aditivos, pero ha lanzado una advertencia a los padres sobre los riesgos de esos ingredientes si sus hijos muestran indicios de hiperactividad. La FSA asegura que corresponde a las autoridades de la Unión Europea legislar sobre esos aditivos.

En la presentación de los resultados del informe, el director de la investigación, Jim Stevenson, ha considerado que podrían tomarse medidas rápidas contra los colorantes artificiales, pero que llevaría más tiempo ir eliminando el uso del benzoato de sodio como conservante. El negocio mundial de aditivos está valorado en más de 25.000 millones de dólares anuales, según el diario británico The Guardian.