Aunque parezca que ya han pasado años... pudimos disfrutar esos deseos allí.
Recuerdo algunos momentos de esos que sacan brillo a una vida.
Aquella tarde de Agosto, viendo atardecer desde el Castillo de San Jorge con el majestuoso Tajo y la Plaça do comercio como capa no faltó la banda sonora.
A unos pasos, un maestro interpretaba a la guitarra "Alfonsina y el mar".
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