Gracias “por el peñazo”, hola a todos.
Aunque suponga el pistoletazo de salida al conflicto tengo que decirlo, no estoy de acuerdo en prácticamente nada de lo que has escrito, psoria.
Estoy convencido que gran parte de mi desacuerdo se debe a las carencias que el medio escrito, rígido y poco interactivo, adolece en un proceso de comunicación. Convencido también de que muchas otras divergencias se deben a una incorrecta interpretación por mi parte de lo que has escrito y, seguro, otras se deben a la inevitable percepción de las cosas que cada uno tenemos. También debe haber influido el hecho de que cuando discrepamos en algo un resorte se activa y tendemos a discrepar en el resto de una manera un tanto obstinada. Y, porque no reconocerlo, otras a mi abierta ignorancia y desconocimiento del mundo.
Con esto dicho, comienzo a manifestar mis discrepancias.
Empiezo por una de forma. Rigoux no dice que la actual crisis mundial se manifieste en una serie de crisis (ecológica, social, etc.) sino más bien que se constituye como una convergencia de dichas dificultades. Además, la crisis mundial no sólo pone de relevo las deficiencias y contradicciones (los que más ganaron durante la coyuntura económica no son los que mas pierden durante la actual recesión) de nuestro actual sistema, ahí creo que estamos de acuerdo, sino que esto ocurre además de las consecuencias.
Tampoco estoy de acuerdo con tu categorización del artículo dentro del imaginario izquierdoso. Para mi no pertenece al terreno de la imaginación sino de la realidad el hecho de que la distribución de la riqueza es desigual, tal y como indica la frase citada del presidente boliviano. En este sentido supongo que tu foto de Evo Morales tenía como objeto mostrarnos al presidente y que no había nada de tendencioso para caracterizarlo en su vertiente populista. Cosa que, de ser así, por supuesto respeto.
Aunque suponga el pistoletazo de salida al conflicto tengo que decirlo, no estoy de acuerdo en prácticamente nada de lo que has escrito, psoria.
Estoy convencido que gran parte de mi desacuerdo se debe a las carencias que el medio escrito, rígido y poco interactivo, adolece en un proceso de comunicación. Convencido también de que muchas otras divergencias se deben a una incorrecta interpretación por mi parte de lo que has escrito y, seguro, otras se deben a la inevitable percepción de las cosas que cada uno tenemos. También debe haber influido el hecho de que cuando discrepamos en algo un resorte se activa y tendemos a discrepar en el resto de una manera un tanto obstinada. Y, porque no reconocerlo, otras a mi abierta ignorancia y desconocimiento del mundo.
Con esto dicho, comienzo a manifestar mis discrepancias.
Empiezo por una de forma. Rigoux no dice que la actual crisis mundial se manifieste en una serie de crisis (ecológica, social, etc.) sino más bien que se constituye como una convergencia de dichas dificultades. Además, la crisis mundial no sólo pone de relevo las deficiencias y contradicciones (los que más ganaron durante la coyuntura económica no son los que mas pierden durante la actual recesión) de nuestro actual sistema, ahí creo que estamos de acuerdo, sino que esto ocurre además de las consecuencias.
Tampoco estoy de acuerdo con tu categorización del artículo dentro del imaginario izquierdoso. Para mi no pertenece al terreno de la imaginación sino de la realidad el hecho de que la distribución de la riqueza es desigual, tal y como indica la frase citada del presidente boliviano. En este sentido supongo que tu foto de Evo Morales tenía como objeto mostrarnos al presidente y que no había nada de tendencioso para caracterizarlo en su vertiente populista. Cosa que, de ser así, por supuesto respeto.
Para mi el artículo de Ridoux no pretende erigirse cómo un “manual para salir de la crisis en treinta días” sino más bien llamar a la reflexión sobre nuestro actual organización y concepción de la sociedad. En este sentido es clave su llamamiento a librarnos de las ideas antiguas en cuanto que propugna una revisión crítica de lo que hasta ahora se había constituido como objeto incuestionable de nuestra sociedad: el progreso.
Seguro que su apelación no es ni nueva, como demuestran los ejemplos históricos que has citado y te agradezco, ni precisa, como bien muestran tus objeciones pero de ahí a afirmar que “podría resumirse en que de la crisis salimos todos siendo benéficos y felices, que es como no decir nada” me parece que hay un salto interpretativo cuanto menos arriesgado.
Tengo la sensación de que has incorporado al discurso del artículo de Ridoux una serie de temas con los que discrepas (cómo la reducción de combustibles fósiles o la vuelta a la autarquía que ciertas corrientes de izquierda pretenden plantear) Tal vez estos temas se incorporen de forma inevitable al discurso de Rigoux siguiendo una lógica que no acabo de ver. Pero para mí estos temas se constituyen como sujeto de debate independiente aunque relacionado con el tema principal que mi amado tortuga colgó en el blog (perdón por la cursilería).
Yo no veo una exaltación de la expropiación como herramienta para solucionar las desigualdades y por extensión la crisis, sino que considerar una redistribución de la riqueza puede ser necesario, como dice Rigoux “No tener la mira puesta en el poder adquisitivo […] sino buscar el poder de vivir […] cambiar la actual organización de la producción y repartir mejor el trabajo: utilizar los beneficios obtenidos para que todos trabajen moderadamente y todas las personas tengan un empleo.” Para ello, dice: “Esta reorganización debe ir acompañada de una revisión de las escalas salariales. No es aceptable que algunos empresarios ganen varios centenares o miles de veces más el salario de sus propios trabajadores.” Me gusta pensar que para conseguir esto no hace falta irse a otro mundo.
Como ya ha quedado patente, para mi este artículo colgado por tortuga si dice mucho, y la contestación de psoria me ha hecho reflexionar más aún, así que gracias a ambos.
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